Siete días a la semana, cinco horas de diferencia,
Separadas en un lugar al que llaman mundo.
Echando de menos una sonrisa, unas ganas de vivir, una alegría contagiosa y quizá esas tardes donde una mas una eran dos, y dos se volvían tan escandalosas como cuatro.
Quizá me acuerdo de ella porque no la olvido.
Quizá no la olvido porque ella era la que hacía olvidarme de todo.
Una canción en una radio. Tal canción que me recuerda a ella. Esa melodía acompañada de su sonrisa hace que esa canción quede para siempre en mi lista de recuerdos. Lucy Silvas, inconfundible.
Poca importancia tienen los kilómetros si lo comparas con todo lo que vivimos. Y menos importancia aún si lo comparas con todo lo que queda por venir.
Invierno colapsado de días fugaces. Y la única estrella que brillaba era ella. Días llenos de buenas noticias, cuando lo único malo que podía pasar era mojarte el pelo con la lluvia.
Días de invierno donde los gorros y las bufandas tenían grandes triunfos, y el viento nos seguía a todas partes.
Noches en un bar. Tomar alcohol como bebida preferida de los sábados, con tal de reírnos como nadie, emborracharnos y al día siguiente quedar para hablar de la noche anterior.
Pasarlo bien, como principal objetivo, juntas.
Pasado que queda en el recuerdo. Experiencias nuevas para ella, lugares nuevos, ambiente y gente nueva.
Dejarnos kilómetros atrás, pero no alejarnos de su corazón, tarea difícil, pero solo tarea para valientes, capaces de soportar el tiempo que sea necesario con tal de volver.
Nos dejó su sonrisa, su olor, sus fotografías, sus recuerdos, y como no, acompañados de lágrimas.
Noviembre dulce, Invierno, gorros, bufandas, y un billete de avión tan esperado desde Argentina hasta España.
Te necesito, te necesitamos.
Una amiga, de las de verdad.