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sábado, 29 de septiembre de 2012

Verte regresar es todo lo que necesito.

Cada recuerdo incapaz de disolverse en un café de medio día.
Siete días a la semana, cinco horas de diferencia, ella allí, yo aquí. 
Separadas en un lugar al que llaman mundo.
Echando de menos una sonrisa, unas ganas de vivir, una alegría contagiosa y quizá esas tardes donde una mas una eran dos, y dos se volvían tan escandalosas como cuatro.
Quizá me acuerdo de ella porque no la olvido.
Quizá no la olvido porque ella era la que hacía olvidarme de todo.
Una canción en una radio. Tal canción que me recuerda a ella. Esa melodía acompañada de su sonrisa hace que esa canción quede para siempre en mi lista de recuerdos. Lucy Silvas, inconfundible.
Poca importancia tienen los kilómetros si lo comparas con todo lo que vivimos. Y menos importancia aún si lo comparas con todo lo que queda por venir.
Invierno colapsado de días fugaces. Y la única estrella que brillaba era ella. Días llenos de buenas noticias, cuando lo único malo que podía pasar era mojarte el pelo con la lluvia.
Días de invierno donde los gorros y las bufandas tenían grandes triunfos, y el viento nos seguía a todas partes.
Noches en un bar. Tomar alcohol como bebida preferida de los sábados, con tal de reírnos como nadie, emborracharnos y al día siguiente quedar para hablar de la noche anterior.
Pasarlo bien, como principal objetivo, juntas.
Pasado que queda en el recuerdo. Experiencias nuevas para ella, lugares nuevos, ambiente y gente nueva.
Dejarnos kilómetros atrás, pero no alejarnos de su corazón, tarea difícil, pero solo tarea para valientes, capaces de soportar el tiempo que sea necesario con tal de volver.
Nos dejó su sonrisa, su olor, sus fotografías, sus recuerdos, y como no, acompañados de lágrimas.

Noviembre dulce, Invierno, gorros, bufandas, y un billete de avión tan esperado desde Argentina hasta España.

Te necesito, te necesitamos.








Una amiga, de las de verdad.

jueves, 13 de septiembre de 2012

¡Felicidades mamá!

Darle sentido a las cosas es algo completamente difícil. Algo que muchos no han aprendido, y que pocos quieren aprender. Yo soy de esas que no le dan sentido a las cosas, que no miran el valor que tienen, pero al fin y al cabo, de muchos errores me toca aprender.
Hoy cumple 39 años, la persona que consiguió darle sentido a mi vida, que me dio la vida, que consiguió grandes valores en la suya, y que con un poco de esfuerzo, logró sacarme adelante. 
Me sacó de muchas. Me vio crecer, desde el primer día de mi vida, supo cuando estaba apunto de llorar, y supo secarme las lágrimas. Vio caer mi primer diente. Me enseñó valores. Me educó y aún así lo sigue haciendo. Di mis primeros pasos gracias a ella y me enseñó a levantar cuando caía. Me llevaba al cole de la mano y me preguntaba siempre que tal me había ido el día. Las comidas más ricas solo las sabe hacer ella, y los vestidos mas bonitos también. Era su maniquí, ella mi modista, yo su muñeca.
Quiso darme todo lo que ella no tuvo, y todo lo que tiene lo da.
Con todas las cosas que me enseñó, solo quise aprender la mitad. Tan iguales y tan diferentes a la vez. 
Me enseñó a pedir las cosas "por favor" y a dar las "gracias" cuando te las dan. A ser simpática con la gente y a limitarme a "ver, oír y callar" Algo que se me quedó bien grabado.
Cuando eres pequeña la quieres mas que nadie, cuando eres adolescente la odias, cuando te vuelves adulta te das cuenta de todos los errores que cometiste y de la razón que tu madre llevaba, y cuando te falta, darías lo que fuera por que volviera. Siempre es así, pero a pesar de tantas discusiones tontas, es la mejor. Es mi madre.
Dicen que una madre perdona todo, y si es así, se me gastan los perdones. 
Gracias por quererme a pesar de todo. Gracias por cuidarme. Gracias por estos 17 años que me has dedicado. 

Te quiero mamá.