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sábado, 6 de septiembre de 2014

Te temía a ti.

Temía a quien llegara para ocupar mi corazón y mi cabeza.
Temía al que algún día tomaría el pulso de mis nervios y fuera causa y consecuencia de mi estado de ánimo, de quien me hiciera sentir eso que dicen del
amor.

El que consiguiese que me fijase en mi estómago y descubriera que yo también tenía maripositas.
Y que sabían revolucionarse cuando te acercabas o cuando te recordaba.

Te temía a ti
A esto que tenemos.

Pero supiste llegarme sin hacer que me perdiera.
Del todo.


Haces que me mantenga cuerda, aunque no aprietas del todo para dejarme ser yo misma mientras camino sobre las nubes.

Tú, me dices que rozas el cielo cuando me besas.
Y yo, doy todo de mi para que llegues a tocarlo mientras te miro sonriendo.


Temía a quien me llenara tanto como tú, y llegaste, para acabar con mi vacío,
Y enseñarme lo bonito que es querer.


miércoles, 2 de julio de 2014

Aporta o aparta.

Se acabó.
Ya no necesito tus buenos días.
Ya no te necesito.
Ni las sonrisas que me hacían soñar, y que eran tuyas.

Quizá me hacía falta un respiro, una bocanada de aire para reunirme de valor,
y derramar el vaso que estaba a punto de colmarse con la última gota que iba a llenarlo.
Con la que tú ibas a llenarlo.

Pero no, esta vez no. 
Ya no me importas.
Quién sabe. A lo mejor me arrepiento.
A lo mejor piensas que estoy loca, tonta, dejándote atrás.

Pero ven y mírame.

Ya me das igual.


martes, 10 de junio de 2014

Lo que todos buscan, pero todos tienen.

Me cuesta trabajo entender, por qué confunden la felicidad,
y tienen el lujo de ponerle ese nombre a todo.
A las sonrisas efímeras,
a las tardes de verano cuando cae el sol,
a los subidones de adrenalina 
a los suspiros de alivio cuando todo acaba,

pero cuando algo nuevo empieza.

Llaman felicidad a lo que yo llamo: 'olvidar'
o, 'cosas que hacen que olvide'.

Me cuesta entender por qué yo, aquí, 
suspiro cada vez más fuerte cuando las sonrisas vuelven a ser,
lo que eran, 
tan largas y duraderas como cuando esperas algo que nunca llega.
Y por qué, yo, aquí, no soy capaz de llamar felicidad a todo lo que me rodea.
Y debería
Pero no.

Porque ya no existen los abrazos cómplices que tanto me gustan,
ni las miradas sin traiciones,
porque dicen que detrás de la tormenta llega la calma,

pero hay tormenta,

y a veces marca más que la calma, llevándose todo.
Otras veces me calma saber, que me tengo a mí.
Pero ni yo me tengo.
Y no consigo entender por qué todos la buscan.
cuando para mí,
es un conjunto de cosas tan pequeñitas,
casi como oler el pijama antes de dormir,
casi como dar un abrazo por un segundo, 
y llamadme loca,
por darle tiempo al tiempo, y el mejor lugar a los abrazos.

Pero siempre las cosas más fáciles de encontrar, las más insignificantes, son las que te dan esa felicidad.
No, perdón.

Ese instante de felicidad.

martes, 29 de abril de 2014

Bicho

Tengo entendido que llaman sol a la luz que más brilla en el universo
y que, entre muchas otras funciones, 
Nos da vida.
Yo tengo suerte de verlo cada mañana, 
salir de noche por la mañana y llegar de día
y darme cuenta de vez en cuando, 
cada cinco días, 
que aunque sea de día y salga el sol, yo no lo veo.
Llaman sol a la estrella más grande que deslumbra, pero tengo suerte.
Si, tengo suerte de que me deslumbre a mí cada mañana cuando sonríe y pueda verlo.
No precisamente el sol, aunque para mí lo sea.
Las sonrisas alargan la vida, dicen. 

Estoy segura que si fuese verdad, duraría una eternidad gracias a ella.

Porque cada risa que compartimos hace que un calendario lleno de días se esfume como el tiempo que compartimos.
Tengo que darte las gracias, porque siempre sabes hacerme sentir cómoda, bien y con una alegría constante.
Las amigas de verdad no caen del cielo, pero tú has aparecido de la nada, y como te he dicho miles de veces, para quedarte.
Tengo bastantes razones para recordarte por qué te quiero
Gracias, por tanto en tan poco







lunes, 10 de febrero de 2014

cuestión de necesidad.

Todo el mundo conoce las siete maravillas,
y dejadme que os diga que tengo la suerte de tener en mi vida la octava;
un poco menos conocida,
pero la que mis labios reconocen a la perfección.

Y me dirijo a tí.

Maravilla, porque cuando despierto a tu lado me siento la persona más afortunada del mundo,
porque no hay nada más bonito que simplemente cerrar los ojos un minuto
para después abrirlos,
y volverte a ver.

No hay nada más maravilloso, que cuando me abrazas,
cuando te veo después de tanto tiempo,
y hasta la sensación que me produces cada vez que te alejas con la esperanza de que te des la vuelta y nunca me sueltes.
Cuando pienso: "Ahí va la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida".


Tú, que me enseñaste la palabra necesitar,
necesitarse,
necesitarnos.
Y que me encanta que cada vez que me besas,
o me miras,
o te ríes mirándome a los ojos,
me recuerdes por qué te considero una de las personas más maravillosas de este mundo:
Porque llegaste a mi vida para permanecer a mi lado,
en mi hombro,
en mis brazos,
en mi cabeza,
y en mi corazón.

sábado, 19 de octubre de 2013

jueves, 18 de julio de 2013

Julio se consumió, como otra de sus caladas

Recuerdo esa silla perfectamente.Y ese pantalón apoyado en ella, sirviéndote como cojín.
Recuerdo el humo salir por la ventana, y es que era imposible que terminases el día sin haber dado las últimas caladas antes de..

"Dormir"

Y es que no dejo de recordar el frío de esa noche de verano.
El frío que deja de ser frío cuando te acercas a mí. 
Cuando tu cara dibuja una sonrisa... Esa sonrisa.
Cuando me acaricias el pelo, mientras me ves "dormida"

Y yo... yo me hago la tonta.      Porque me gusta que me mimes.

Que me mimes, como un vicio. Como más que a tu vicio.
Que te acerques. Que me beses.
Que consigas quitarme el sueño con tan solo abrazarme.

Y madre mía... que sigas poniéndome así de nerviosa cuando termines tus últimas caladas del día.
Cuando te acerques

Y cuando me vuelva a hacer la tonta.


Julio, que sin duda, se lleva los mejores recuerdos de este verano, 
Porque son a tu lado.