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viernes, 27 de abril de 2012

No todo es lo que parece, hasta que aparece.

Pensé que mi vida era perfecta, que no me hacía falta nada más, que tenía lo que tenía y era feliz, o eso creía yo. Y cuando estaba segura de que lo tenía todo, de que mi vida era perfecta, lo conozco, y entonces pienso que... pues que mi vida no era como yo pensaba, que si que me faltaba algo, que me faltaba él. ¡Cómo cambian las cosas de un día para el otro! Ahora me siento completa, le tengo todos los días, y quiero tenerle así todos los días de mi vida, tal y como ahora, sin pensar en el futuro.

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